Bob Lazar, 26 de enero de 1959. Es un empresario, escritor y teórico de conspiración estadounidense. Aseguró haber trabajado aproximadamente un año entre 1988 y 1989, como físico en una zona militar llamada S-4, donde supuestamente se conservaban unas naves espaciales de otro planeta.
Según Lazar se le encargó una parte del estudio de estos aparatos, cada científico tenía unas competencias definidas, su trabajo consistía en desarrollar ingeniería inversa y estudiar el sistema de potencia y propulsión de la nave, para intentar emular esa tecnología con materiales terrestres.
Funcionamiento
Bob cuenta que un pequeño reactor en la nave se alimenta de un complejo combustible, y este produce un extra de energía gravitacional que se amplifica y dirige mediante guías de ondas y arcos a unos emisores que hacen propulsar la nave y manipular la onda de gravedad a su gusto.
La nave que estudió, contaba con tres dispositivos cilíndricos en la parte inferior, montados sobre soportes que le permiten girar 180º hacia arriba y en rotación de 360 grados.
En la zona superior de la nave se encuentra un reactor en miniatura rodeado por tres «amplificadores de gravedad» y por debajo quedarían los «emisores de gravedad».
Es decir, el reactor alimenta los amplificadores, esta energía pasa a los emisores y la onda anti-gravedad producida puede situarse en cualquier parte.
Explica que pudo observar dos áreas en la parte media superior del aparato y que supone que era una especie de motor de navegación, compuesto también por sensores planares que interpretaban la información de los alrededores y así permitir a la nave orientarse y ubicar el espacio.
Para moverse la nave crea una onda de gravedad que la rodea desde una antena central en la parte superior, creando una distorsión, permitiendo mantenerla elevada y desplazarse hacia los lados.
Comenta que para salir de la atmósfera el aparato se va elevando y una vez en el espacio cambia la inclinación y se propulsa a la zona de destino.
¿Tecnología terrestre?
Cuando a Bob Lazar le han preguntado si está seguro de que esa nave era de origen alienígena, él responde con un contundente, Si. También dice que no somos capaces de desarrollar una tecnología similar en ninguna parte de nuestro planeta.
Fuentes:
Bob Lazar: Area 51 & Flying Saucers